enero 31, 2014
Julia Pastrana, la mujer oso. Conmovedora historia
Gabriel
García Márquez tuvo su primer éxito literario en 1955 con la publicación del
reporte Relato de un Náufrago. Muchas personas felicitaron al Gabo por
el gran trabajo de ficción desarrollado en su composición, y estas personas
fueron gratamente sorprendidas cuando él les reveló que el relato fue un hecho
de la vida real, narrado por su mismo protagonista y que el no hizo más que
transcribir. García Márquez ha dicho
mucha veces que la vida real siempre supera a la ficción, tal es el caso
de la historia de Julia Pastrana.
La
historia de esta mujer mexicana es conmovedora y nos confirma por sopotocéntima
vez que la apariencia externa es solo un adorno y que nada tiene que ver con la
esencia del individuo.
La
protagonista de nuestra historia es una mujer indígena nacida en Sinaloa,
México en el año 1834 que vino al mundo con una enfermedad genética que hoy
conocemos como hipertricosis o síndrome del hombre lobo, puesto que debido a
ella al individuo que la sufre le crece pelo por todo el cuerpo, como a Pastrana,
quien tenía cabello negro en todo su cuerpo, además sus orejas y nariz eran
largas y sus dientes irregulares debido a una enfermedad odontológica llamada
hiperplasia gingival que engrosó también sus dientes y labios, dándole una
apariencia de primate, llegando a ser llamada por algunos como un híbrido entre
humano y gorila y por otros como la mujer-oso, también era presentada como la
“mujer más fea del mundo”.
Al
nacer su madre la mantuvo oculta durante mucho tiempo pues temía las burlas de
las demás personas de la aldea. No pudiendo ocultarla más, Julia se dio a
conocer al mundo y de hecho fue blanco de los señalamientos y las burlas,
llegando a producirse teorías descabelladas sobre el origen de esta mujer, las
más comunes acusaban a su madre de haber tenido relaciones sexuales con algún
tipo de simio. Su estatura apenas era de 1,37 centímetros, lo que aumentaba las
sospechas de que su padre fuera un chimpancé.
Un
doctor, de nombre Alexander Bott expuso su teoría de que era un híbrido de
hombre y orangután, una “Oranghutan”. Otro, el doctor S. Brainerd, de
Cleveland, declaró que ella era de una especie diferente, sin embargo fue el
doctor Samuel Kneeland Jr. Anatomista comparativo de la Sociedad Bostoniana de
Historia Natural, quien declaró que ella era “una humana de descendiente
indígena”. Una foto de Pastrana fue enviada al célebre naturalista inglés
Charles Darwin, quien nunca dudó de su origen humano y de hecho la calificó
como una mujer “extraordinariamente fina”. Pastrana nunca se negó a ser objeto
de análisis o investigaciones.
En
su adolescencia comenzó a trabajar como sirvienta del gobernador de Sinaloa,
quien la vendió al administrador de la aduana marítima de Sinaloa, Francisco
Sepúlveda quien intentó explotarla como atracción del circo por lo que
emprendió un viaje a los Estados Unidos, país que desde siempre ha sido capital
de las más alocadas excentricidades del mundo. Pero la ignorancia de Sepúlveda
fue su peor enemiga, puesto que se vio en la necesidad de contratar un
traductor, Theodore Lent, quien también descubriendo la capacidad de atracción
circense de Julia, la sedujo para que se casara con él, convirtiéndose en su
nuevo dueño y obligándola a aparecer
como una atracción de circo en los Estados Unidos y Europa, presentándola
como la “Mujer Oso”.
Julia
atraía multitudes, no solo por su apariencia extravagante y de la cual ella no
tenía culpa sino por sus asombrosas cualidades artísticas siendo una bailarina
excepcional, poseía una potente voz que le permitía cantar ópera y hacía
acrobacias con caballos. Julia aprendió por sí misma a leer y escribir en tres
idiomas y en sus ratos libres disfrutaba de la lectura aunque en los
espectáculos era presentada como “una total salvaje”. Fue invitada a varias
reuniones sociales con la realeza europea, impresionando por su gran
inteligencia y en cierta ocasión impresionó tanto en el baile, que los
presentes hicieron fila para bailar con ella.
Pero
Theodore Lent era un mercader y no un hombre que la amara realmente, la
utilizaba para exhibirla y cuando Julia tenía 26 años quedó embarazada de Lent,
quien cobró entrada para que la gente fuera a ver el parto. El niño nació
cubierto de pelo como su madre pero murió treinta y cinco horas después. Las
complicaciones y el stress del parto dejaron a Julia agotada, muriendo cinco
días después del mismo, el 25 de marzo de 1860. Durante su agonía Theordore
continuaba cobrando entradas para que la gente la fuera a ver.
Pero
las exhibiciones públicas de Julia y el enriquecimiento de Theodore no culminaron
con su muerte. Lent vendió los cuerpos de la mujer y su hijo a un médico ruso
quien embalsamó los cuerpos, luego con su acta de matrimonio reclamó los
cuerpos pudiéndolos recuperar y
exhibirlos por toda Europa. Vistió a Julia con uno de sus trajes de bailes y a
su hijo con un traje de marinerito, montándolo en un pedestal al lado de la
momia de su madre.
Cuerpos momificados de Julia y su hijo |
Estando
en Suecia Lent conoció a otra mujer barbuda, atracción de circo, a quien
engatusó con los mismos artilugios que utilizó con Julia, llegando a enamorarla
y casarse con ella, presentándola al mundo como Zenora Pastrana, hermana de
Julia. Pero Zenora corrió con mejor suerte, se divorció de su marido, se casó
con un hombre más joven y reclamó los cuerpos de Julia y su hijo, vendiéndolos
luego.
Los
cuerpos anduvieron de dueño en dueño, hasta que finalmente, en 1990 se supo que
los cuerpos estaban en el Instituto de Medicina Forense de Oslo, Noruega. La
artista visual Laura Anderson comenzó gestiones para lograr la repatriación de
Julia, teniendo que sortear toda clase de trabas burocráticas, puesto que no
existía partida de nacimiento de Julia que probara su origen mexicano.
Finalmente, el año pasado y tras veintitrés años de lucha, Julia Pastrana
regresó a México donde fue enterrada en su Sinaloa natal, en el cementerio de
Sinaloa de Leyva.
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Etiquetas:
Curiosidades,
Historias
Venezolano, beisbolista frustrado y aspirante a escritor. Me gradué de Soñador Profesional en la Universidad de los Inútiles, actualmente realizo mi maestría en Persecusión de Ideales. Amante de los libros y el rock. Cuando no ando escribiendo, estoy pensando en lo que escribiré